sábado, 16 de mayo de 2009

Comunicado por las acciones de protesta llevadas a cabo en las Jornadas sobre el EEES en la ULE

Comunicado por las acciones de protesta llevadas a cabo en las Jornadas sobre el EEES celebradas en la ULE los pasados dias 7 y 8 de mayo en la Facultad de Industriales

Nosotros, la Asamblea Contra Bolonia de la Universidad de León hemos creído conveniente exponer lo siguiente:

Que volvemos una vez más a reivindicar nuestra lucha hasta que seamos escuchados, y así atendáis nuestras peticiones. Tras meses de duras protestas, nos vemos obligados a realizar este tipo de acciones para que llegue a todo el mundo nuestro descontento y nuestras protestas sobre la nueva reforma educativa.

Como estudiantes y profesores de la Universidad de León exigimos al gobierno español, aprovechando la oportunidad de que está presente el Director General de Política Universitaria, Felipe Pétriz Calvo, la paralización de la adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior para que se abra un amplio debate acerca del futuro de la Universidad Pública y un referéndum vinculante entre los miembros de la Comunidad Universitaria para así poder conocer la opinión real de todos y todas los afectados por la reforma.

A su vez, instamos una vez más al Rector de la Universidad de León, José Ángel Hermida, a la realización de un debate abierto y a la convocatoria de un referéndum en el seno de la Universidad. Para este objetivo ya hemos recogido más de 2000 firmas entre estudiantes, profesores y miembros del PAS de la ULE.


Estamos viendo el fin de la universidad pública tal y como la conocemos, y no lo vamos a tolerar. Queremos una educación realmente pública, gratuita y de calidad. Y por ello solicitamos la congelación de las Tasas hasta su progresiva desaparición como una de las primeras medidas a adoptar.

Esta ponencia se denomina “La situación actual en el nuevo marco organizativo y la estrategia 2015” y nosotros nos preguntamos cómo será la educación superior, implantado Bolonia, en 2015. Creo que la respuesta está bastante clara, la mayoría de estudiantes se tendrán que conformar con un grado, equivalente prácticamente a una FP para tener un trabajo precario, y sólo una pequeña élite de estudiantes con recursos podrá acceder a los postgrados, que serán finalmente los que opten a un buen empleo.

La educación deja de servir a la sociedad para convertirse en un lugar al servicio del beneficio empresarial. Es por ello que como dice Carlos Fernández Liria (conocido escritor y profesor universitario madrileño): "Bolonia no existe. Bolonia es una tapadera de otra cosa" y añade de manera contundente "lo único que significa el movimiento anti-Bolonia es la defensa de la Universidad pública. No parece que sea esa precisamente una idea anti-sistema, sino más bien una defensa de lo que es una conquista obrera, trabajadora, de toda la vida, que es el derecho a una escuela pública, a una educación pública y a una universidad pública".

En este sentido nosotros decimos que si el objetivo de Bolonia fuera la Convergencia con Europa y la movilidad entre los estudiantes nosotros estamos a favor de eso. Pero esto no es cierto, es simplemente una tapadera. Además, para fomentar la movilidad podría bastar con aumentar el número de becas Erasmus y su cuantía, las cuales son totalmente insuficientes en la actualidad. Y en cuanto a la convergencia, dudamos de su validez ya que mientras en el Estado Español los grados constarán de 4 años en la mayoría de países Europeos serán de 3.

A su vez el necesario cambio pedagógico y metodológico tampoco será factible debido a que esta reforma se llevará a cabo sin aportes económicos extra y por lo tanto las clases en grupos reducidos serán una utopia sin más aulas adaptadas a los nuevos grupos y más personal docente.

Con el Plan Bolonia el estudiante pasará de ser un receptor de un servicio público a un mero cliente de la Universidad convertida en empresa. Por otro lado, el nuevo sistema de crédito ECTS conlleva, en nombre de la “renovación pedagógica”, a una ampliación del tiempo que el estudiante debe dedicar al estudio. Mientras que el crédito antiguo suponía 10 horas de clase, el crédito ECTS supone 25-30 horas de trabajo personal. Lo que realizando un cálculo medio se convierte en unas ocho horas de estudio diario, igualando prácticamente la jornada semanal de estudio a la jornada laboral. Esto impedirá la compatibilidad de trabajo y estudio siendo una criba más para los estudiantes con bajos recursos. El aumento del tiempo de estudio y la consecuente disminución del tiempo libre, produce una proletarización parcial del estudiante, ya que el estudiante ve su tiempo de ocio reducido a comer, estudiar y dormir. Un estudiante de grado que quiera igualarse con el estudiante de los planes antiguos en cuanto al tiempo dedicado a actividades de ocio tendrá que dejar parte de sus estudios de lado, o dormir menos.

Esta reforma lo que realmente hará será someter a la Universidad Pública a los intereses mercantilistas de la banca y las empresas privadas introduciendo criterios de financiación y de evaluación relacionados con el mercado laboral y no con parámetros científicos o humanísticos.

Otro de los aspectos más sangrantes es la aparición de los préstamos-renta en los que se imita al modelo anglosajón donde el estudiante pasa a hipotecarse con el banco desde el principio de sus estudios universitarios. Además, los préstamos-renta tienen el peligro de acabar con las tradicionales becas a fondo perdido como se ha visto en otro países que las han implantado. Por si esto fuera poco el Estado se encargará de financiar con dinero público los préstamos que el estudiante no pueda devolver al banco.

Por todo ello nos seguimos oponiendo al Proceso de Bolonia y una vez más exigimos su paralización para abrir un amplio debate sobre la Universidad Pública.

¡NO A BOLONIA!

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